La definición del Propósito cada vez gana más fuerza como elemento complementario a la formulación estratégica. El propósito adquiere mayor relevancia como guía para el desarrollo de acciones estratégicas que, evidentemente, deberán adaptarse y actualizarse con agilidad. El propósito es estable en el tiempo, no debería sufrir modificaciones significativas. Por otro lado, la estrategia sí debe ser elástica y considerar las acciones más apropiadas para que el centro avance hacía su Visión.
Los procesos de gestión de personas deben integrar este Propósito (selección de personas, evaluación del desempeño o modelo de liderazgo). Las personas deben “comprar” el Propósito y por tanto es clave implicarles en su definición, inocular en la estrategia la relación con el Propósito y habilitar mecanismos de medición del cumplimiento de los objetivos.
¿Qué hace diferente a un colegio de otro? Existen dos indicadores críticos: las personas y las relaciones entre ellas. Debe ser materia de estrategia del centro que el proceso de acceso y selección a la profesión docente sea muy riguroso. Por otro lado, las relaciones entre los actores que intervienen en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Aquí encontramos la relación del colegio con las familias, alumnos, administración, proveedores y entorno, y la relación de los profesores con los mismos profesores, alumnos y familias.