APRENDIZAJE EN REMOTO
Publicado por tonimaestre en
Primero es importante comprender la diferencia entre el aprendizaje sincrónico y asincrónico. La diferencia clave es la forma en que los alumnos se conectan entre sí y con su profesor.
El aprendizaje sincrónico es aquel en el que los profesores y los alumnos participan en el proceso de aprendizaje en el mismo momento y en el mismo entorno docente virtual. Con el aprendizaje sincrónico, los educadores establecen un momento específico para que los alumnos se reúnan y para llevar a cabo la clase. Se reúnen cada día, como lo harían si el centro educativo estuviese abierto. Los alumnos participan en una videollamada cada día y en cada clase, para interactuar con sus compañeros y su profesor. La clase se da de forma similar a como se daría si los alumnos se vieran cara a cara. Cuando no se está dando la clase, los alumnos realizan y envían sus deberes al profesor mediante herramientas online. Los profesores pueden enviar sus comentarios sobre los deberes y ayudar a quienes necesiten apoyo. Profesor y alumnos pueden reunirse de forma sincrónica para hablar del contenido y compartir experiencias diarias.
El aprendizaje asincrónico es aquel en el que los alumnos llevan a cabo el trabajo relacionado con su curso según su propio horario, ya que los alumnos y los profesores no se ven cada día. Los educadores proporcionan materiales, lecciones en vídeo y tareas que los alumnos pueden revisar y completar dentro de un período de tiempo designado (por ejemplo, una semana). A lo largo de esa semana, los alumnos pueden participar en hilos de debate, colaborar en un documento de Word o una presentación de PowerPoint para una tarea o ver un vídeo y responder a mensajes emergentes. Los profesores pueden organizar una o dos reuniones online a la semana, durante las que impartirán conceptos y conectarán con la clase en conjunto. Los profesores también pueden establecer horarios para las tutorías virtuales, durante los que los alumnos pueden pedir ayuda extra o plantear sus preguntas sobre los deberes de la semana.
Cuando un centro educativo se plantea la transición a un entorno de aprendizaje remoto debe tener en cuenta varios factores para determinar: (1) qué tipo de entorno de aprendizaje pretenden estructurar (sincrónico o asincrónico); (2) qué clases ofrecerán y (3) qué apoyo adicional darán a los alumnos.
Los educadores deben tener en cuenta la tecnología de la que se dispone en casa. El nivel tecnológico de cada hogar será distinto. Algunos alumnos tendrán un equipo de sobremesa, otros un portátil o una tableta, mientras que también los habrá que solo tengan un teléfono (o que no tengan nada). Dada la variedad de dispositivos, las herramientas que uses con sus alumnos tendrán que estar disponibles en diversas plataformas para garantizar la posibilidad de que todos participen. Además, puede que los alumnos tengan que compartir sus dispositivos con hermanos o progenitores. Si los alumnos comparten un dispositivo con otro miembro de la familia, el aprendizaje sincrónico no será práctico. La grabación de las llamadas o el uso de lecciones pregrabadas pueden resultar útiles para los alumnos que compartan dispositivos con hermanos o progenitores.
PRESENTAR UNA ESTRUCTURA
¿De verdad sería sano que replicásemos la jornada laboral, que impartiéramos las clases como lo hacemos en la actualidad y que pidiésemos a los alumnos que se sentaran frente a una pantalla siete horas? En lugar de ello, debes plantearte una estructura de la jornada escolar que permita a los alumnos conectar con los profesores en momentos específicos del día, pero que también responda a los desafíos del aprendizaje remoto y las circunstancias del evento que provocó el cierre de los centros escolares.
LA EVALUACIÓN
La evaluación es otro de los ámbitos de la docencia que tendrás que modificar al crear una experiencia de aprendizaje remoto. Dado que la cobertura del currículo estará simplificada, se debe simplificar también la evaluación.
Las evaluaciones formativas tienen lugar a lo largo de una unidad y ayudan tanto a los alumnos como a los profesores a entender con qué conceptos necesitan practicar más los alumnos para dominar un tema. El objetivo de la evaluación formativa es medir el progreso de los alumnos a lo largo de una unidad. Los alumnos pueden resolver problemas prácticos, completar un cuestionario, resumir una lección en vídeo o responder preguntas relacionadas con un concepto.
Las evaluaciones sumativas se realizan normalmente al final de la unidad para medir el dominio del contenido por parte de los alumnos. Aunque en la evaluación formativa no se valora la precisión de los conocimientos y depende de la valoración del profesor, la sumativa sí se califica y es final. Tradicionalmente, las evaluaciones sumativas se realizan con exámenes objetivos y redacciones. En un entorno de aprendizaje remoto, es probable que los educadores se sientan más cómodos utilizando tipos de preguntas más reflexivos, en los que los alumnos puedan demostrar su comprensión de diversas maneras. Las redacciones seguirán siendo una opción para realizar evaluaciones sumativas.
OPORTUNIDADES
El hecho de que los alumnos practiquen sus habilidades sociales y emocionales será una de las muchas oportunidades que surgirán de tu plan de aprendizaje remoto. A medida que los alumnos se adapten al nuevo ritmo, descubrirás cómo las herramientas que estás utilizando mejoran el entorno de aprendizaje. Al grabar tus lecciones, los alumnos que tengan dificultades podrán volver a verlas para entender mejor los conceptos. Las posibilidades son infinitas; solo tenemos que mantener una actitud abierta.
No podemos negar que tenemos ante nosotros una tarea colosal. Sin embargo, si la abordamos con ganas de aprender y de crecer, veremos el sinfín de posibilidades y el lado positivo de esta época tan compleja. ¿Saldrá todo perfecto? No. Pero será increíble, porque no solo estarás enseñando a tus alumnos el currículo, sino que fomentarás una mentalidad de crecimiento, resistencia y esperanza.
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