Implantación de la estrategia (2d). Proceso de mejora continua
La implantación de la estrategia debe ser un proceso de mejora continua basado en acciones concretas, simples y con escasa inversión, y lo más importante, que implica a todas las personas del centro.
Cuando trabajamos para realizar la transformación de un centro educativo, el esfuerzo debe centrarse en implantar y desarrollar acciones rápidas de mejora, orientadas a cambiar el centro alcanzando resultados concretos, significativos y sostenibles sobre uno o varios servicios que ofrecemos. El proceso de transformación de estrategia en práctica es un camino estructurado que requiere una profunda reflexión.
Disponer de planes estratégicos con objetivos globales y cuadros de mando asociados no sirve para mucho si lo que queremos es transformar nuestro colegio. Cuando necesitamos transformar la estrategia en práctica no sólo necesitamos conocer qué debemos hacer, si no cómo debemos actuar para conseguir los resultados deseados. Es necesario haber identificado cuales son las claves para el despliegue, es decir, los factores clave de éxito; las líneas de actuación priorizadas para su despliegue y los objetivos fundamentales a corto plazo. La metodología a seguir debe obtener resultados concretos, tanto cualitativos como cuantitativos, en un tiempo relativamente corto y a un bajo coste apoyado en el trabajo en equipo.
Las reglas principales para desarrollar un proceso de mejora son:
- Foco en los objetivos: Cuando se desarrolla un evento de mejora, se debe comenzar presentando al equipo de trabajo los objetivos de forma clara, cuantitativa y ambiciosa. Hacer comprensible a todas las personas del centro tanto la magnitud del cambio como sus implicaciones.
- Todas las actividades de mejora se deben realizar donde suceden las cosas: en las aulas, observando en la realidad las herramientas, los alumnos, …Viendo lo que ocurre, y hablando con las personas que desarrollan el trabajo.
- Realizar las actividades de mejora de una manera ordenada, con acciones estructuradas. Todas las actividades tienen que ser realizadas y documentadas, utilizando formatos estándar.
- Obtener resultados cuantitativos: Se consigue así demostrar la aplicabilidad del modelo y vencer las resistencias al cambio que inevitablemente nos encontraremos en una gran parte de la organización.
- Desarrollar a las personas y ayudarles a conseguir una visión estratégica, de futuro y visión claramente innovadora.
- Consolidar los cambios incorporados, mediante la implantación de una cultura de cambio y transformación en todos los niveles con eventos de mejora discretos y continuos.
- Comunicar al centro la prioridad máxima de este proyecto muy acotado en el tiempo. La gestión del tiempo, la velocidad de la implantación es muy importante.
RECOMENDACIONES
- Definir el valor de los servicios que se da a los clientes es una de las mayores responsabilidades de un centro educativo. No es suficiente, por tanto, realizar un despliegue de la estrategia si las familias no perciben un claro APORTE DE VALOR en cada uno de los servicios que le estamos prestando.
- Crear un equipo de trabajo reducido con personas que conozcan el proceso. Durante su desarrollo, estas personas dedicarán todo su tiempo de libre disposición a la realización del proyecto de mejora.
- Trabajar con mente abierta y creativa, demostrar una disposición absoluta para el cambio, no se trata de explicar las razones de por qué no se puede hacer, sino de encontrar los mecanismos para hacer posible lo imposible y buscar nuevas formas de hacer las cosas. La transformación de nuestros colegios es posible poniendo la energía adecuada en el momento oportuno y con método.
- Desarrollar un plan no es redactarlo. No se trata de plantear ideas utópicas o irrealizables. Más importante que ¿Qué hacer? es ¿Cómo hacerlo?
- Se trata de un proceso de aprendizaje, y no se puede aprender sin equivocarse. No hay ideas buenas y malas, lo importante es probar.
El objetivo principal es el aumento de la eficiencia, y este resultado se consigue a través de un cambio cultural con una clara orientación hacia la acción y un cambio organizativo que involucre a todas las personas del centro para orientar sus energías hacia la mejora del sistema, potenciando así las competencias del personal y dotándolo de nuevas capacidades.
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